Aún recuerdo aquellas semanas como si apenas hubiera pasado tiempo. Pero en realidad, fue a finales de 2016 decidí cambiar mi rumbo profesional. Es normal que hasta cierta edad no comprendamos la relatividad del tiempo. Cuando a mi hijo (de 5 años) le hablamos del tiempo que falta para un acontecimiento que desea, siempre encadena la misma frase: ¿y eso es mucho o poco? Tras nuestra carcajada inicial por volver a escuchar la misma pregunta, confieso que es comprensible su confusión. Aún no entiende que el tiempo es relativo.
En estos 3 años he vivido muchas aventuras, pero no tengo la sensación de que haya pasado tanto tiempo. Tras reiniciar mi vida profesional comencé a interesarme sobre el trabajo remoto y los nómadas digitales. Pero, ¿es posible crear una empresa grande partiendo de esta filosofía? ¿Cuales son los límites? ¿Todo el mundo puede o debe trabajar en remoto? En este tiempo, he construido mi respuesta a éstas y más preguntas. Creo que ha llegado el momento de compartir esta visión en mi blog, a la espera de poder ayudar a más mentes inquietas en busca de sus propias respuestas.
Trabajo remoto: ¿qué es?
Técnicamente, la mejor definición de trabajo remoto es la que Wikipedia vincula al término "trabajo 3.0".
Se denomina Trabajo 3.0 (en inglés: work 3.0 ; en francés: travail 3.0) a la modalidad de trabajo desarrollada exclusivamente online, y basada en las plataformas de gestión de trabajo y negocios ofrecidas por las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación), herramientas colaborativas que permiten la gestión del trabajo a distancia.
¿Qué es (para mí) el movimiento "sin oficina"?
Luego os hablaré del proyecto homónimo de Bosco Soler, en el que participo activamente. Pero para mí, existe una tendencia o movimiento para eliminar la dependencia de las oficinas físicas. En realidad, las oficinas no son malas en sí mismas. El problema es que una gran dependencia a la vida en oficina nos aleja de la estrategia cliente céntrica, para enfocarnos más en nuestra propia organización. Vivir en dependencia de un lugar físico, normalmente masificado, nos evita exprimir todo nuestro potencial.
Sin embargo, el trabajo remoto no siempre significa trabajar desde casa. En realidad, deberíamos crear un entorno de trabajo productivo. Gracias a las ventajas de las tecnologías hiperconectadas, podemos elegir cuál será este lugar con mayor libertad. Aun así, podremos trabajar con otros profesionales, hablar con nuestros clientes o hacer vídeo-conferencias fácilmente. Y lo mejor es que para ello podemos utilizar muchísimas herramientas gratuitas o con un coste realmente reducido. Esto nos permite expandir nuestro horizonte profesional y es, sin duda, la forma más real de encontrar una cierta armonía entre tu vida profesional y familia.
Pero esta tendencia no siempre ha existido. Ni siquiera yo me sentí atraído por esta forma de trabajar cuando inicié mi primera iniciativa empresarial. Una de mis primeras decisiones fue alquilar unas oficinas. Nuestra educación nos lleva a pensar así. Es inercia. Es lo que hemos visto. Lo que nos han enseñado. A veces, seguimos pensando en términos de la segunda revolución industrial, pero todo eso ya quedó atrás. Tenemos más y mejores herramientas. Si ya estamos viviendo la cuarta revolución industrial, ¿por qué nos cuesta tanto utilizarlas?
Si te decides a reflexionar, son el tiempo, la formación y el análisis de tus propias experiencias quienes ayudarán a construirte una vida más coherente. Cuando mi mujer y yo supimos que vendría nuestro hijo, no quise perder la oportunidad de disfrutar un momento tan importante en nuestra vida. Así, decidí comenzar a trabajar las tardes desde casa. Quería estar más presente. Y lejos de lo que hubiese pensado años antes, mi productividad aumentó considerablemente.
¿Recuerdas las películas americanas en las que se veían enormes salas diáfanas divididas en pequeños cubículos donde se “encerraban” a los trabajadores en muchas de las grandes empresas? Es una imagen totalmente alejada de algo que se aproxime a la libertad, la transparencia o incluso a la felicidad.
¿Es posible liberar tu mente creativa en esas condiciones? Afortunadamente, muchas empresas han entendido la relación entre el entorno y la creatividad. Pero no es suficiente instalar sofás o mesas de billar en las oficinas. Es necesario un entendimiento y confianza mutua entre la compañía y el trabajador. Sin este entendimiento, que se construye con el tiempo, no es posible crear un entorno creativo y de ultraproductividad.
Pero, ¿puedes crear una gran empresa sin oficinas gracias al trabajo remoto?
Por supuesto. De hecho, estas compañías se conocen habitualmente como empresas distribuidas. Existe una lista dinámica con empresas muy conocidas que trabajan utilizando esta metodología. Con una buena organización y las herramientas adecuadas, es posible crear una gran compañía sin necesidad de unas oficinas centrales. Y, ¿sabéis los elevados costes de alquiler o compra de una oficina para reunir a tantas personas? La modalidad distribuida, bien utilizada, nos permite tener una ventaja competitiva frente a nuestros competidores no distribuidos.
Más allá de los costes, crear una empresa distribuida resulta muy complicado. A medida que una empresa crece, aparece uno de los mayores enemigos de la productividad: el ruido. Es el gran demonio contra el que lucho cada día en mi vida profesional. Si no pones las medidas adecuadas y mantienes firme tu rumbo hacia la productividad, aparecerán inevitablemente supuestas urgencias que no aportan valor real. Y tu equipo las acabará justificando como algo de vital importancia. No te engañes, es ruido. Y hay que luchar contra esta acelerada creación de ruido. En la actual era de la infoxicación, donde estamos tan expuestos a estímulos, datos, mensajes... este maldito ruido intentará adueñarse de tu día a día profesional.
Y sólo hay una forma de actuar contra él: productividad personal, procedimientos organizados y la firme convicción de que lo que realmente importa es generar una experiencia impresionante a tus clientes o usuarios. Contra el ruido únicamente podrás ganar apostando por la excelencia hacia tu cliente. Es decir, sólo podrás crear una organización distribuida si logras implantar una filosofía cliente-céntrica.
¿Todos pueden trabajar en remoto?
Desgraciadamente, creo que no. Trabajar en remoto requiere ciertos conocimientos, actitudes y aptitudes que se adquieren con práctica. Si eres una persona caótica, será complicado que puedas trabajar en remoto de la noche a la mañana. Pero tranquilo, tengo una buena noticia. Estas habilidades se pueden adquirir. Puedes aprender a ser una persona más productiva. Y con las herramientas adecuadas, podrás lanzarte a esta apasionante metodología del trabajo.
SinOficina, el coworking online creado por Bosco Soler
Ya os prometí que hablaría sobre este proyecto online aquí. Uno de los grandes problemas de trabajar en remoto es la soledad. Te perderás una gran ventaja que tienen las empresas con oficinas tradicionales. Las dinámicas de trabajo en equipo, las experiencias compartidas y el aprendizaje colaborativo. Y esta es una gran debilidad. Por eso, hace tiempo surgieron en las grandes ciudades las zonas de coworking, una forma de compartir tu trabajo con otros profesionales y generar igualmente estas experiencias, aprendizajes y sinergias. Son grandes soluciones, pero aún siguen siendo lugares físicos.
Cuando Bosco Soler me habló de crear el primer coworking online en español me pareció una idea brillante y disruptiva. Creo que, en el mundo profesional, las redes sociales acabarán sustituyéndose por comunidades mucho más acotadas en torno a una temática o interés. Comunidades como SinOficina. Y esto es algo que creen también otros muchos expertos.
Y encima Bosco me invitó a participar desde el primer momento. Desde aquel día hemos vivido meses espectaculares. Se ha construido una comunidad de profesionales que luchan y trabajan por hacer sus sueños realidad. Pero no son meros soñadores, se encargan de hacer que las cosas sucedan. Se ha generado un clima de colaboración y un entusiasmo que espero que sepamos mantener entre todos durante mucho tiempo. Me ha permitido conocer a gente brillante. He podido sentir la sensación de poder ayudar a otras personas que se hacen las mismas preguntas que yo mi hice hace unos años. Y poder ayudar a alguien es realmente motivador.
Además, he tenido la suerte de protagonizar una de las sesiones en directo que se organizan semanalmente para la comunidad (hablando sobre formación online como fundador de Nubily). También recibí la llamada sorpresa de Bosco y fui entrevistado como "SinVergüenza" en su podcast (donde habla con personas que anteponen la transparencia para crear sus proyectos y lograr sus metas). Y por si esto no fuese suficiente, seré unos de los ponentes en el primer evento que organiza la comunidad en el Talent Garden de Madrid el próximo sábado 14 de diciembre. Ante un reto así, llevo semanas preparando una ponencia que aporte todo el valor posible. No voy a ir para vender nada, ni para hablar de mi, sino para intentar mostrar detalles de como se pueden crear empresas online distribuidas.
Allí nos veremos y podré felicitar a muchos de mis compañeros por sus proyectos. Gracias a SinOficina y hablamos en la comunidad!