
Si las dos fases previas han sido muy importante, ahora nos jugamos el éxito de la transformación digital con la última fase de ejecución, que incluye diferentes sub-procesos. En cada uno tendremos que responder a preguntas clave para continuar avanzando hasta la finalización del proceso.
- Análisis de datos: ¿dónde encontramos los datos? ¿quién nos los puede facilitar? ¿en qué formato los maneja habitualmente? Planificaremos como pasar del dato real al dato digital.
- Planificación: si queremos coordinar el proceso, tendremos que definir las tareas, sus fechas y sus responsables. A poder ser, por escrito.
- Migración e integración: es importante personalizad y parametrizar la solución seleccionada. Además, debe entenderse con el resto de aplicaciones de la empresa, formando un sistema productivo lógico y cohesionado.
- Automatización: Todo lo que pueda automatizarse, liberará tiempo para poder enfocarlo a generar más valor en el cliente y, por lo tanto, en el negocio.
- Auditoría de seguridad: ¿Tenemos en cuenta la seguridad del dato? Eliminemos agujeros de seguridad.
- Mejora continua: un sistema digital tiene que evolucionar y mejorar continuamente. Lo que no se mejora, se acaba degradando con el paso del tiempo.
- Formación: proceso realmente importante. De hecho, la formación debe comenzar desde la primera etapa de la transformación digital, especialmente en lo referente a habilidades y competencias digitales. Tras la implantación se deberá formar al equipo en el uso (mediante buenas prácticas).
- Gestión del cambio: el principal obstáculo de la transformación digital es cultural. Las empresas se componen de personas, y hay que ser transparentes durante todo el proceso.